La Noche en que los Gigantes Silenciaron el Nido.

El pasado sábado, 8 de noviembre de 2025, el Estadio Cibao fue el escenario de una intensa jornada de béisbol, el clásico entre las Águilas Cibaeñas y los Gigantes del Cibao. El encuentro, que terminó con pizarra de 7-4 a favor de los locales, estuvo marcado por la resistencia de los Gigantes en las primeras entradas y un despertar ofensivo tardío pero demoledor de las Águilas.

La Ofensiva Temprana de los Gigantes

Los Gigantes del Cibao se encargaron de silenciar momentáneamente a la fanaticada amarilla al tomar la delantera desde temprano. La ofensiva de San Francisco de Macorís se apoyó en su poder y velocidad. La pieza clave inicial fue el primera base Jake Holton, quien conectó un robusto cuadrangular de dos carreras en la tercera entrada, ampliando la ventaja de los visitantes a 3-0. Holton fue una pesadilla para el pitcheo aguilucho, destacándose como el mejor bateador de su equipo con una jornada de 3-2, incluyendo ese jonrón y un doble, impulsando un total de dos anotaciones.

Otro que puso presión constante fue José Sirí, cuya velocidad y contacto se hicieron sentir. Sirí se fue de 3-2, anotando dos veces y poniendo corredores en posición anotadora con un doblete oportuno. El abridor de los Gigantes, Emilio Vargas, tuvo una actuación sólida durante las primeras entradas, manteniendo a raya a la poderosa alineación aguilucha y permitiendo que su equipo construyera la ventaja.

El Despertar y la Remontada Amarilla

La calma ofensiva de las Águilas terminó estallando en las entradas finales. El momento decisivo del juego se produjo en la octava entrada, cuando el marcador aún favorecía a los Gigantes. El relevo de San Francisco de Macorís no pudo contener la embestida que desató el conjunto local.

La rebelión fue liderada por la dupla de los Rodríguez. Alberto Rodríguez se encargó de acortar la diferencia con su bate, cerrando el marcador con una línea ofensiva de 3-1 y dos carreras empujadas gracias a un oportuno indiscutible. Seguidamente, Emmanuel Rodríguez se mostró agresivo en el plato, contribuyendo al rally que le dio la vuelta definitiva al partido.

El rally fue tan contundente que no solo aseguró el triunfo, sino que también le otorgó la victoria al relevista Richard Rodríguez (2-0), quien ingresó en un momento crucial para contener la amenaza gigante.

Hazaña del Mánager y Liderato

La victoria no solo fue importante en términos de la tabla de posiciones, que en ese momento consolidaba a las Águilas con el mejor récord del torneo (11-3), sino que también significó un hito personal para el dirigente Luis Urueta. Este triunfo fue el número 100 de Urueta en la fase regular de la LIDOM, una marca de longevidad y éxito en la pelota invernal dominicana.

El cerrador Richard Rodríguez terminó asegurando la victoria para las Águilas, quienes demostraron su capacidad para venir de atrás y capitalizar los errores o el cansancio del bullpen contrario, una característica de los equipos contendientes. La combinación de una buena apertura, un relevo oportuno, y una ofensiva que se encendió en el momento justo, selló una emocionante victoria cibaeña.

El encuentro del 8 de noviembre de 2025 en el Estadio Cibao contó con los siguientes lanzadores abridores:

Notas Adicionales sobre el Pitcheo

• Gigantes del Cibao (Frank Garcés): Originalmente, el lanzador programado para abrir el partido por los Gigantes era Willy Peralta. Sin embargo, en la conferencia de prensa posterior al juego, se mencionó que un cambio de última hora se realizó debido a que Peralta no se sentía en condiciones para realizar la salida, siendo el zurdo Frank Garcés el encargado de tomar la lomita.
• Águilas Cibaeñas (Tristón McKenny): El derecho se enfrentó a una fuerte ofensiva gigante que logró madrugar con tres anotaciones, pero su labor fue respaldada por un sólido cuerpo de relevistas.
• El Relevo Decisivo: A pesar de las aperturas, el juego se definió en el bullpen. El lanzador que se llevó la victoria por las Águilas fue el relevista Richard Rodríguez (2-0), mientras que la derrota fue para Wilkin Ramos (0-1), también del relevo de los Gigantes.